Primero, la definición práctica

El editor gráfico busca la mejor imagen o el conjunto de ellas para ilustrar la portada de un libro, un periódico o una revista, un artículo online, un reportaje o crónica periodística, un documental, los créditos de inicio de una serie (mis favoritos son los de Modern Love), la campaña de marketing de un banco o la clínica dental de la esquina o cualquier historia o mensaje tanto editorial como publicitario que se quiera transmitir (y no se quiera o no se pueda producir).

Las imágenes se buscan en las agencias que gestionan los diferentes archivos históricos, de fotos creativas o de stock y de fotos de noticias y actualidad. También en los archivos personales de los fotógrafos, en revistas, periódicos y webs, en hemerotecas, en fondos de bibliotecas, en archivos de productoras de cine, ayuntamientos o partidos políticos y hasta en la caja de zapatos con fotos desordenadas de la abuela de la protagonista de la historia.

Cuando se encuentra la foto perfecta, se comprueban y gestionan sus derechos, se negocia una tarifa justa para ambas partes, se recibe el archivo con su mejor calidad, se publica, y, por supuesto, se acredita. Todo esto, cumpliendo unos tiempos, ajustándose a unos presupuestos y respetando el lenguaje y la cultura visual de cada medio o cliente.